La agroindustria enfrenta constantemente el desafío de reducir sus residuos y transformarlos en oportunidades sostenibles. En este contexto, la cáscara de mango ha emergido como un recurso valioso para promover la economía circular y reducir el impacto ambiental.
Investigaciones recientes destacan el potencial de este subproducto, generalmente desechado, en diversas aplicaciones industriales. La cáscara de mango es rica en compuestos antioxidantes, fibras y otros nutrientes que pueden ser utilizados en la elaboración de alimentos funcionales, suplementos alimenticios y cosméticos. Además, se estudia su viabilidad como materia prima para bioplásticos y biocombustibles, sectores que buscan alternativas más sostenibles frente a materiales tradicionales.
Este enfoque no solo ofrece soluciones innovadoras para la agroindustria, sino que también fortalece la sostenibilidad al aprovechar al máximo los recursos disponibles. Las empresas que adoptan prácticas de economía circular no solo contribuyen a la conservación del medio ambiente, sino que también mejoran su competitividad en mercados cada vez más exigentes con criterios de sostenibilidad.
La cáscara de mango, que antes era considerada un residuo sin valor, está demostrando que, con innovación y compromiso, es posible transformar desafíos en oportunidades para el desarrollo agroindustrial sostenible.
Tomado de Agronegocios
0 comentarios