Durante el 53° Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, el analista internacional Albert Scalla, vicepresidente de StoneX y especialista en comercio global de materias primas, ofreció un análisis profundo sobre el comportamiento del mercado internacional de la palma y su impacto en el agro colombiano. Con un enfoque técnico y realista, planteó escenarios que podrían favorecer a Colombia en un contexto de alta volatilidad comercial y climática.
Según Scalla, el precio internacional de la palma se encuentra hoy bajo presión por el ciclo alto de producción en Asia, que concentra más del 90% de la oferta global. Actualmente, el aceite de palma ronda los US$900 por tonelada, tras haber alcanzado su punto más alto en enero. “Lo que no puede suceder es que Asia se dispare más allá de lo esperado, porque eso nos pone más presión”, advirtió.
Sin embargo, más allá de la oferta y la demanda, el experto explicó que factores geopolíticos como los aranceles de Estados Unidos podrían redefinir el mercado. En este escenario, Colombia —con un arancel del 10% frente al 32% de países como Indonesia— podría salir favorecida. “Vamos a entrar en una negociación de arbitrajes de aranceles. Si un comprador ve que Colombia tiene mejores condiciones, vendrá a comprar aquí”, explicó.
Scalla también resaltó el potencial competitivo de Colombia en palma de aceite, no solo por su volumen —con una producción cercana a 1,9 millones de toneladas anuales, la más alta de América—, sino también por sus prácticas sostenibles. “El 99% del área sembrada en Colombia está libre de deforestación. Eso es clave para los consumidores de hoy”, aseguró.
Al referirse a los productos más prometedores del agro colombiano, fue enfático: “Café y cacao, sin duda, son la joya de la corona”. El mercado del cacao, por ejemplo, ha multiplicado por cuatro su precio en los últimos dos años, alcanzando US$9.000 por tonelada. Para aprovechar ese momento, Colombia deberá impulsar la producción, que hoy se ubica entre 60.000 y 63.000 toneladas al año.
Sobre el café, destacó el esfuerzo del país por mantener una producción estable y de calidad, con proyecciones que apuntan a 12 o 14 millones de sacos en el mediano plazo, a pesar de los retos logísticos y comerciales.
Scalla también subrayó que el comportamiento del precio de la palma dependerá de lo que ocurra con los mercados energéticos, las divisas como el ringgit malasio, y las decisiones fiscales de países como Estados Unidos, especialmente ante un eventual regreso de la administración Trump. “Todo esto se va a definir en los próximos tres meses, y puede mover el mercado significativamente”, advirtió.
Concluyó su intervención afirmando que, a pesar de ser una “gota en el mar” frente al volumen asiático, Colombia lidera la producción de palma en América y tiene las condiciones para seguir ganando espacio en los mercados internacionales con productos diferenciados, sostenibles y de alto valor agregado.
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