El sector agropecuario colombiano podría enfrentar un nuevo reto climático a partir del último trimestre de 2025. Según el más reciente Boletín Agroclimático publicado por la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), se estima una probabilidad del 41 % de que el fenómeno de La Niña se presente hacia finales de este año, lo que implicaría un incremento significativo en las lluvias en distintas regiones del país.
Actualmente, Colombia se encuentra bajo una condición ENSO-neutral, es decir, sin influencia directa de El Niño ni de La Niña. Sin embargo, de concretarse este nuevo ciclo climático, más de 260.000 hectáreas de la frontera agrícola nacional podrían verse afectadas por exceso de agua entre junio y noviembre.
El informe advierte que cultivos estratégicos como plátano, banano, cacao, café, aguacate, papa, maíz y diversas hortalizas estarían en riesgo por los aumentos en la frecuencia e intensidad de las precipitaciones.
Las regiones con mayor vulnerabilidad identificadas por la UPRA incluyen a la Región Andina, con más de 120.000 hectáreas potencialmente impactadas, especialmente en los departamentos de Antioquia, Boyacá y Norte de Santander. En la Región Caribe, Córdoba y Bolívar concentran más de 34.000 hectáreas expuestas, mientras que la Región Pacífica tendría cerca de 8.000 hectáreas comprometidas, con riesgo adicional de deslizamientos.
Por su parte, los departamentos de La Guajira, Tolima, Huila, Cauca y Nariño podrían enfrentar déficits de lluvia de hasta un 20 %, lo que también afectaría la producción agrícola en esas zonas.
Frente a este panorama, la directora encargada de la UPRA, Dora Inés Rey Martínez, llamó a los agricultores y autoridades a anticiparse y tomar decisiones con base en la información climática actualizada.
“Invitamos a los productores, comunidades y autoridades locales a programar siembras y actividades con base en las predicciones climáticas del Ideam y las recomendaciones de la Mesa Técnica Agroclimática Nacional. Con información oportuna podemos proteger nuestros cultivos, nuestros animales y las familias rurales que dependen del campo. La prevención es la clave para un futuro sostenible”, manifestó Rey Martínez.
Alfonso Triana, experto de la UPRA, también alertó sobre el riesgo de incendios forestales durante la temporada seca que se extiende entre julio y mediados de septiembre:
“Es importante estar atentos a la temporada seca, entre julio y mediados de septiembre, pues la disminución de lluvias y el aumento de temperaturas podrían favorecer incendios forestales en el centro y sur del país”.
El boletín también pone en evidencia la especial vulnerabilidad de la Agricultura Campesina, Familiar, Étnica y Comunitaria (Acfec), lo que refuerza la necesidad de medidas diferenciales para proteger estos sistemas productivos ante las posibles alteraciones del clima.
Colombia se prepara así para un segundo semestre marcado por la incertidumbre climática. El llamado es claro: actuar con anticipación y tomar decisiones informadas para proteger la producción agropecuaria y la seguridad alimentaria del país.




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