El informe “Seguimiento y evaluación de las políticas agrícolas 2025” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) advierte que el futuro de la innovación global ya no se medirá por la cantidad de conocimiento generado, sino por la capacidad de transformarlo en resiliencia, seguridad y sostenibilidad.
En su más reciente evaluación, la Ocde destaca los avances de Colombia en materia rural, con políticas inclusivas, procesos de formalización de tierras y fortalecimiento de la agroecología. Sin embargo, alerta sobre un estancamiento en la productividad, una baja inversión en innovación y una débil conexión entre las estrategias ambientales y comerciales.
Según el informe, el país destina menos de 0,6% del valor total de su producción agrícola a sistemas de conocimiento e innovación, cifra por debajo del promedio del organismo. Esta situación limita el desarrollo de nuevas tecnologías y la transferencia de conocimiento hacia los productores, especialmente los pequeños agricultores.
A lo anterior se suman las deficiencias en conectividad digital, infraestructura rural y acceso al crédito, lo que frena la adopción de herramientas modernas como la agricultura de precisión o los sistemas de riego inteligentes.
Entre 2013 y 2022, la producción agrícola nacional creció 1,7% anual, impulsada por la expansión de tierras y el trabajo manual, pero la productividad total solo aumentó 0,4%. Esto refleja que el campo colombiano produce más, aunque sin lograr mayores niveles de eficiencia.
Tomado de La Republica





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