26 de octubre 2024
Un proyecto liderado por docentes y profesionales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y financiado por el Sistema General de Regalías (SGR) busca aprovechar la ceniza resultante de la quema de la cascarilla de arroz para fabricar cementos no convencionales, con el fin de aplicarlos para mejorar las vías terciarias de la región Orinoquia.
En 2023 se produjeron en Colombia 6,5 millones de toneladas de productos agrícolas, entre ellos el arroz, con 1,7 millones toneladas en el Casanare y 1,4 millones de toneladas en el Meta, lo que demuestra que los Llanos Orientales es la zona de mayor producción arrocera del país, según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), sobre la más reciente Evaluación Agropecuaria Municipal (EVA).
Sin embargo, el mal estado de las vías internas de la región es uno de los problemas que dificulta sacar eficientemente los productos agropecuarios (arroz, soya, piña, caucho, palma africana, pino, maíz, plátano, patilla, yuca, cítricos y árboles maderables, entre otros), y además repercute en un alza en los costos de transporte, situación que obedecería a la ubicación geográfica, el clima, y la falta de inversión y de soluciones definitivas.
“El 70 % de las vías colombianas se clasifican como “terciarias”, es decir las que unen las cabeceras municipales y las veredas, por lo que son fundamentales para el desarrollo de la economía regional”, expuso el profesor de la UNAL Ary Alain Hoyos, ingeniero civil, doctor en Ingeniería – Ciencia y Tecnología de Materiales y líder de la investigación.
Ante esta problemática, la UNAL Sedes Medellín y Orinoquia se unieron para adelantar un proyecto que explora soluciones de economía circular, es decir aprovechar al máximo todos los recursos materiales para reducir, reciclar y reutilizar lo que se desecha.
Los investigadores encontraron en la producción arrocera un recurso útil para aportar a la solución del estado de las vías terciarias de la región: “elegimos la ceniza de la cascarilla de arroz como materia prima porque esta ya pasó por todo un proceso químico, la huella de carbono es mucho más baja y es algo que no se utiliza, es un residuo”, explica el profesor Hoyos.
La ceniza de cascarilla de arroz mejoraría el suelo vial
La ceniza de la cascarilla de arroz, suministrada por la Comercializadora de los Llanos, fue clave en la investigación. Tras un proceso controlado de quema, la cascarilla se transforma en ceniza que, al mezclarse con concreto, actúa como sustituto parcial del cemento, mejorando su resistencia y durabilidad.
El proceso implica mezclar la ceniza con el suelo en proporciones específicas y agregar activadores alcalinos, lo que permite aprovechar elementos como silicio y aluminio para obtener un material conglomerante.
Este método, probado en laboratorio, incluye un levantamiento del suelo, la mezcla de ceniza y activador, y su aplicación en las capas superficiales de la vía, mostrando resultados satisfactorios en vías terciarias.
Tomado de Agencia UNAL




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