Investigadores del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI) y el Instituto Max Planck han desarrollado nuevas variedades de arroz blanco con un índice glucémico (IG) bajo, con el objetivo de mitigar el creciente problema de la diabetes tipo 2, especialmente en regiones de Asia donde el arroz es un alimento básico.
La diabetes tipo 2 afecta actualmente a más de 537 millones de personas en todo el mundo, y se proyecta que esta cifra supere los 780 millones para 2045. En Asia, el riesgo es particularmente alto debido al consumo elevado de carbohidratos refinados, como el arroz blanco pulido, que está asociado con una mayor carga glucémica y un incremento en el riesgo de desarrollar diabetes.
El índice glucémico mide la rapidez con la que un alimento eleva los niveles de azúcar en sangre. Los alimentos con un IG alto se digieren rápidamente, provocando picos de glucosa en sangre, mientras que aquellos con un IG bajo se digieren más lentamente, liberando glucosa de manera gradual y favoreciendo un mejor control glucémico. El arroz blanco tradicional tiene un IG alto, entre 70 y 94, mientras que las nuevas variedades desarrolladas apuntan a un IG inferior a 55, sin comprometer el sabor, la textura ni el rendimiento agrícola.
Estas innovaciones buscan equilibrar la calidad del grano con beneficios para la salud y una producción agrícola sostenible. Países como Bangladesh y Filipinas ya han comenzado a adoptar estas nuevas variedades, como BR-16 e IRRI-147, respectivamente, que inicialmente fueron creadas para la resiliencia climática y posteriormente se descubrió que tenían propiedades de IG bajo.
La adopción de estas variedades de arroz de IG bajo podría desempeñar un papel crucial en la reducción de la prevalencia de la diabetes, especialmente en regiones con alto consumo de arroz, ofreciendo una solución dietética más saludable sin sacrificar la calidad ni la productividad agrícola.
Tomada de AgroAvances.
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