Con un llamado firme a la unidad gremial, la defensa de la institucionalidad y la garantía de seguridad física y jurídica en el campo, la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma) instaló el 53° Congreso Nacional Palmero, en el que se destacó el papel del sector en la transformación rural del país.
El evento, realizado entre el 11 y el 13 de junio en el Centro de Eventos Valle del Pacífico, congregó a más de 1.000 asistentes y sirvió como espacio para visibilizar los aportes del gremio a la generación de empleo formal, la equidad de género, la sostenibilidad ambiental y la transición energética.
En su discurso de apertura, el presidente ejecutivo de Fedepalma, Nicolás Pérez García, reiteró la urgencia de contar con condiciones mínimas que garanticen la inversión y la permanencia en los territorios. “Sin seguridad física ni jurídica no hay campo posible. Está afectando la confianza, frenando inversiones y poniendo en riesgo el desarrollo del campo colombiano”, expresó.
Pérez también exigió la liberación inmediata de Yenni Salazar Sabaleta, hija de un palmicultor secuestrada en el Cesar, y envió un mensaje de solidaridad frente a los recientes hechos de violencia ocurridos en el país. “El agro no puede seguir siendo escenario de intimidación”, sostuvo.
Durante su intervención, el dirigente gremial subrayó que el sector palmero representa el 10,5 % del PIB agrícola nacional, genera 233.000 empleos y está presente en 169 municipios del país. Además, reiteró que Colombia cuenta con más de 8.200 palmicultores y ha invertido más de $887.000 millones en investigación a través de los recursos parafiscales.
El modelo productivo de la palma de aceite ha demostrado un avance importante en sostenibilidad: el 99 % del área cultivada está libre de deforestación, se realiza monitoreo satelital en tiempo real y 19 plantas utilizan biogás, lo que ha permitido reducir aproximadamente 560 mil toneladas de CO₂ al año. La agroindustria también cuenta con el potencial de generar 225 megavatios de energía limpia.
El gremio reportó avances concretos en materia de equidad, con la implementación de la Política Sectorial de Equidad de Género y el fortalecimiento del esquema de certificación APSColombia, que ya cuenta con 369 productores certificados, de los cuales el 65 % son pequeños productores y el 34 % son mujeres. Actualmente, el 32 % de los productores de palma son mujeres y el 17,5 % del empleo directo en el sector también corresponde a mujeres.
Además, se resaltaron oportunidades comerciales en segmentos como biocombustibles sostenibles (SAF), aceites diferenciados y alimentación animal, con innovaciones como el híbrido OxG, que ya representa el 20 % del área sembrada en Colombia.
Fedepalma entregó un reconocimiento especial a Palmas del Cesar por sus 65 años de operación, su modelo de trabajo con pequeños productores y su enfoque territorial sostenible.

Pérez cerró su intervención recordando que el sector palmero no solo produce aceite, sino también cohesión, empleo y desarrollo. “Somos mucho más que aceite: somos un ecosistema de productores, trabajadores, empresas y comunidades. El futuro, aunque desafiante, sigue siendo prometedor si lo construimos juntos, con legalidad, solidaridad y compromiso”, concluyó.
El Congreso continuó con una agenda académica y una muestra empresarial con más de 50 empresas proveedoras de bienes y servicios, reafirmando el rol del gremio como motor de transformación productiva y social en el agro colombiano.




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