Colombia se consolida como uno de los países con mayor dinamismo en la producción de carne de cerdo a nivel global. Según un análisis de la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia, entre 2021 y 2024 la porcicultura nacional registró una tasa de crecimiento anual compuesta del 7,4%, y para 2025 se prevé un incremento adicional del 7%, de acuerdo con cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Este desempeño supera al de gigantes del sector como China, que proyecta una disminución del 0,1%, la Unión Europea con una caída del 0,9%, Estados Unidos con un aumento estimado del 1% y Brasil con un crecimiento del 2,2%. La producción colombiana alcanzó en 2023 las 564.778 toneladas, mientras que en 2024 marcó un nuevo récord con 608.752 toneladas, lo que representa un alza del 7,8%. Hasta abril de 2025, el acumulado ya muestra un avance del 2,9% frente al mismo periodo del año anterior.
Este crecimiento ha sido posible a pesar de los altos costos de producción. Durante 2024, el índice de precios al productor del alimento balanceado mostró una reducción que alivió parcialmente las finanzas del sector. En los primeros cinco meses del año, el maíz subió 9,7% por menor oferta en Estados Unidos y Argentina, mientras que la soya y la torta de soya bajaron 18,9% y 20,8% respectivamente, gracias a mejores cosechas en Brasil y Estados Unidos, así como una menor demanda desde China.
Sin embargo, el crecimiento también ha venido acompañado de retos. Las importaciones de carne de cerdo mantienen una tendencia al alza. Entre 2021 y 2024 crecieron a una tasa anual compuesta del 9,1% y para 2025 se proyecta un aumento del 4,6%. En los primeros cuatro meses de este año, las importaciones representaron el 32% de la carne de cerdo disponible en el país, frente al 16% registrado en 2020.
Los productos más importados son carne deshuesada (42%) y chuletas-costillas (40%), seguidos por piernas, paletas y otros cortes. En 2024, las importaciones crecieron 19,2% y en el primer cuatrimestre de 2025 el aumento fue del 20,6%. Además, la diferencia de precios entre el cerdo importado y el nacional se ha reducido notablemente, con una brecha inferior al 4% durante 2025.
En contraste con este avance, las exportaciones han mostrado una caída significativa. Aunque en 2023 se alcanzó un récord con 1.492 toneladas exportadas, principalmente hacia Venezuela (93% del total), en 2024 el volumen cayó 76,7% y entre enero y abril de 2025 se registró una nueva disminución cercana al 10%. Actualmente, Cuba es el principal destino, con el 76% de los envíos, centrados en jamones congelados.
Colombia cuenta con habilitaciones sanitarias para exportar a Cuba, Venezuela, Curazao, Hong Kong, Vietnam y Filipinas, pero enfrenta barreras logísticas y de escala que limitan su competitividad internacional. Para reemplazar las costillas y chuletas importadas en 2024, por ejemplo, se habría requerido el sacrificio de 2,18 millones de cerdos adicionales, y 1,06 millones más para cubrir la demanda de carne deshuesada.
Este esfuerzo implicaría un aumento del 56% en el sacrificio actual, una expansión del inventario de hembras en más de 295.000 unidades y una inversión estimada entre $0,43 billones y $3 billones, dependiendo de la genética empleada. Asimismo, el consumo per cápita, que fue de 14,7 kg en 2024, tendría que subir a 18,6 kg anuales para absorber la nueva oferta.
Aunque el sacrificio informal ha disminuido del 50% histórico a entre 30% y 40%, sigue siendo un reto para la competitividad, la trazabilidad sanitaria y el recaudo fiscal. El informe de Bancolombia concluye que, más allá de sustituir importaciones, Colombia debe centrarse en mejorar la eficiencia productiva, diferenciar su producto, fortalecer el consumo interno y aprovechar sus acuerdos comerciales para consolidar una vocación exportadora sólida y sostenible.
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